16 jul 2013

Game Over



Un avión que significa mucho más que un viaje. Una maleta que no es solo equipaje. Una ciudad que no es una parada en el camino. Cuando algo bueno se acaba siempre queda un vacío en su lugar, como si un agujero negro se tragara sin avisar esos sentimientos que no soñaste. Un pozo oscuro rodeado de nuevas emociones opuestas y confusas que no saben que hacer porque aún no está decidido cual es su lugar.

Vuelves al mismo sitio pero ya nada es igual. Ha cambiado el año, la ciudad, la vida y tu mentalidad. Has cambiado tú y puede que los demás, o tal vez solo es que el cristal de tus gafas se tiñó de un nuevo color, porque volver a la misma rutina no significa volver a la normalidad. Regresas a una realidad extraña como la que ves cuando despiertas de un sueño de fantasía. Regresas a lo que todos llaman el mundo real. pero el destino no te deja atrás, y lleva contigo pedazitos de ese sueño para que los encuentres por casulaidad y así recordarte que esa fantasía sí que fue real.