No fue un concierto de esos locos en los que pasas horas haciendo cola para estar en primera fila y no paras de saltar y gritar hasta quedarte sin voz.
Fue mucho más tranquilo, sin colas ni empujones, lo que hizo que disfrutara muchísimo más de la música.
Estuve a punto de no ir al concierto, pero sin duda me habría arrepentido de no hacerlo.