23 nov 2011

XMAS


¡Quiero que sea Navidad! 
Creo que nunca lo había querido tanto como ahora... Quiero poder pasar unos días tranquila, sin nada que hacer. Pensar en mí. Pasarlo bien. Ir a fiestas con vestidos llenos de purpurina, dorados, plateados, rojos... lentejuelas por todos sitios, incluso en mis sueños. Tacones que me den vértigo. Poner la música tan alta que no pueda escuchar mis pensamientos. Volverme loca en el supermercado y comprar kilos de esos dulces que llevo todo el año esperando. Sentarme delante del ordenador sin que sea para hacer un proyecto. Ver esas películas navideñas que repiten todos los años pero que no podría ser Navidad  sin ellas, y repetir con los personajes esos diálogos que todos sabemos de memoria aunque no queramos reconocerlo. Llenar la casa de luces de colores. Un árbol decorado con figurillas de todos los tamaños y formas, que cada vez que lo mire piense "lo recordaba más grande", porque cuando era niña ese árbol era un gigante que volvía a casa por navidad, que necesitaba que mi padre me cogiera en brazos para poder poner la estrella en lo más alto porque tenía que ser yo quien la pusiera. ¡Que haga frío! Salir a la calle y que haga frío. Que se me ponga la nariz roja  y me duelan las orejas porque el viento helado se cuela por los agujeros de mi sombrero. Ver diminutas motitas blancas caer del cielo y salir corriendo a la calle diciendo que está cayendo la nevada del año.