3 oct 2012

Caminando en una niebla dibujada por el torpe lápiz de un niño sin sombra



Noches perdidas entre adoquines rotos que dejan sonar llamadas inútiles a las tres de la mañana. Una y otra vez vuelves a apretar ese botón esperando que cambie el resultado y tu cerebro entra en shock al escuchar el pitido del olvido. Entre dudas, negaciones y enojos te encierras en tu cabeza esperando dar sentido a esa sucesión arbitraria de palabras que retumban en esas paredes blancas.