Nina Nesbitt ha conseguido (otra vez) ponerme los pelos de punta, como ya me pasó con The Funeral, ésta vez acompañada únicamente por su guitarra.
Con una letra que habla sobre una relación rota, de esas separaciones que son duras de verdad, y con esa voz tan característica suya que ya reconozco al instante, consigue desde la primera nota que sientas un nudo en la garganta y hace que la historia se meta tan dentro de ti que sientes que la has vivido (o tal vez se parece tanto a situaciones que si hemos vivido que parece que la hubiéramos escrito nosotros).
Que lo disfrutéis.
